Y nace "El Escape"
Un día la ciudad desapareció. De cara al desierto y
con los pies hundidos en la arena,
todos comprendieron que durante treinta largos años
habían estado viviendo en un espejismo.
“Cuento de arena”. Jairo Aníbal Niño.
Por: David Roa, Diego Ruiz, Felipe Micán
La palabra escape de carácter polisémico, es definida por la Real Academia de la Lengua Española como “quedar fuera del dominio o la influencia de alguien”, “salir de un encierro o un peligro”, por eso, las únicas vías disponibles para sobrevivir al tedio, a la pereza, a la angustia y al encierro de la rutina terminan siendo escapar, huir, volar, alejarse. A diario, cuando nos vemos rodeados e inmersos en el caos y ruido de la ciudad, cuando no podemos hacer más que respirar apresando nuestra boca a deshilachadas bufandas color ceniza, surgen ciertos interrogantes desde la profundidad de la existencia ¿cómo pausar y detener un instante esta carrera de Fórmula 1?, ¿qué más podemos respirar a parte del smoke de los buses?
La respuesta llega entonces contagiada de letras, de corcheas, semifusas y de imágenes puestas sucesivamente para que libros, ritmos y películas se reúnan en un sólo lugar, un espacio diseñado para salir del encierro cotidiano y atreverse a soñar, a surcar nuevas geografías, lenguajes de todos los lugares del mundo. Así nace “El escape”, un espacio alternativo para distanciarse y respirar todos los sábados de dos a tres de la tarde en Banca del Parque Radio, ¡donde todos cabemos!
Hoy día, el tiempo se ha convertido en un medidor de productividad, vivimos en un mundo en el que para existir es necesario producir un bien material o económico, siempre presionados y empujados por la competencia del vecino. El tiempo no alcanza para nada, la carrera siempre se hace contrarreloj, en pro de alcanzar el medio de transporte que nos llevará al cubículo donde día tras día el desgaste mental es mayor y las sonrisas más pequeñas, como seres humanos hemos alcanzado el punto en que no dejamos algunos segundos para conocer el alma gemela o para disfrutar un momento de esparcimiento y de descanso en medio de un parque, de la naturaleza o del silencio.
Curiosamente, aquello que los seres humanos siempre hemos buscado es denominado felicidad, pero, a pesar de tantos esfuerzos, de tantos idas y venidas, parece que esta indagación se encuentra más lejana, más renuente a terminar algún día, así, nosotros, envueltos como de costumbre en una nube de humo y de ruidos contaminantes, nos vemos obligados a buscar un rincón, un espacio en el que podamos, por primera vez y sin barrera alguna, SER.
Para ser, con frecuencia, lo único necesario es soñar, cerrar los ojos o abrirlos, no importa, siempre y cuando creemos nuevos mundos a nuestro alrededor, escuchar esa canción especial que alguien sin pensar escribió casi como una carta personal dirigida a nosotros. Al final de la jornada valdrá la pena, porque así el escape, la evasión y fuga se ha hecho una realidad. Y tal vez, a través de una conexión a la red sea posible hacerlo por unos instantes. Escabullirse sólo se vuelve realidad cuando alguien se atreve a encontrar la puerta de salida en “El Escape” por Banca del Parque Radio.